martes, 15 de noviembre de 2011

El Desarrollo Humano.

Erik Erikson. 

Erik Erikson en 1956 presentó al mundo su teoría de las ocho etapas del desarrollo social y emocional del individuo. Erikson fue un psiquiatra que se dedicó a investigar las ocho fases o etapas que la persona atraviesa desde que nace hasta que se convierte en un anciano en su aspecto social y emocional los cuales están altamente ligados de acuerdo a su teoría.
Basado en sus estudios del ser humano, el proceso de la socialización consiste en ocho etapas principales. Erikson basó su teoría después de haber realizado un estudio intenso con niños y adolescentes de diferentes clases sociales. Cada una de estas etapas de acuerdo a Erikson envuelve una crisis social psicológica la cual debe ser resuelta satisfactoriamente antes de que el individuo avance a la próxima etapa. Las etapas de Erikson se comparan con la construcción de un edificio de ocho pisos el cual debe tener estructuras fuertes en sus bases para que pueda soportar el peso de los ocho pisos sin problema.
Elaboró una Teoría del desarrollo de la personalidad a la que denominó "Teoría psicosocial". 
En ella describe ocho etapas del ciclo vital o estadios psicosociales (crisis o conflictos en el desarrollo de la vida, a las cuales han de enfrentarse las personas):
1.   Confianza Básica vs. Desconfianza. (desde el nacimiento hasta aproximadamente los 18 meses). Es la sensación física de confianza. El bebe recibe el calor del cuerpo de la madre y sus cuidados amorosos. Se desarrolla el vínculo que será la base de sus futuras relaciones con otras personas importantes; es receptivo a los estímulos ambientales es por ello sensible y vulnerable, a las experiencias de frustración son las experiencias más tempranas que proveen aceptación, seguridad, y satisfacción emocional y están en la base de nuestra desarrollo de individualidad. Depende entonces del sentimiento de confianza que tengan los padres en sí mismos y en los demás, el que lo puedan reflejar en sus hijos.
2. Autonomía vs. Vergüenza y Duda (desde los 18 meses hasta los 3 años aproximadamente). Esta etapa está ligada al desarrollo muscular y de control de las eliminaciones del cuerpo. Este desarrollo es lento y progresivo y no siempre es consistente y estable por ello el bebe pasa por momentos de vergüenza y duda. El bebe inicia a controlar una creciente sensación de afirmación de la propia voluntad de un yo naciente, se afirma muchas veces oponiéndose a los demás. El niño empieza a experimentar su propia voluntad autónoma experimentando fuerzas impulsivas que se establecen en diversas formas en la conducta del niño, y se dan oscilando entre la cooperación y la terquedad, las actitudes de los padres y su propio sentimiento de autonomía son fundamentales en el desarrollo de la autonomía del niño. Este establece su primera emancipación de forma tal que en posteriores etapas repetirá esta emancipación de muchas maneras.
3.   Iniciativa vs. Culpa (desde los 3 hasta los 5 años aproximadamente). La tercera etapa de la Iniciativa se da en la edad del juego, el niño desarrolla actividad, imaginación y es más enérgico y locuaz, aprende a moverse más libre y violentamente, su conocimiento del lenguaje se perfecciona, comprende mejor y hace preguntas constantemente; lo que le permite expandir su imaginación. Todo esto le permite adquirir un sentimiento de iniciativa que constituye la base realista de un sentido de ambición y de propósito. Se da una crisis que se resuelve con un incremento de su sensación de ser él mismo. Es más activo y está provisto de un cierto excedente de energía, es posible ocuparse de qué es lo que se puede hacer con la acción; descubre lo que puede hacer junto con lo que es capaz de hacer.

La intrusión en el espacio mediante una locomoción vigorosa,
La intrusión en lo desconocido por medio de una curiosidad grande,
La intrusión en el campo perceptual de los demás, 
Fantasías sexuales, (los juegos en esta edad tiene especiales connotaciones simbolicas 
sobre aspectos sexuales). Respecto de esto ultimo, el niño posee una genitalidad
rudimentaria y tiene muchas veces sentimientos de culpa o temores asociados a ello.


4.   Laboriosidad vs. Inferioridad (desde los 5 hasta los 13 años aproximadamente). Es la etapa en la que el niño comienza su instrucción preescolar y escolar, el niño está ansioso por hacer cosas junto con otros, de compartir tareas, de hacer cosas o de planearlas, y ya no obliga a los demás niños ni provoca su restricción. Posee una manera infantil de dominar la experiencia social experimentando, planificando, compartiendo. Llega a sentirse insatisfecho y descontento con la sensación de no ser capaz de hacer cosas y de hacerlas bien y aún perfectas; el sentimiento de inferioridad, le hacen sentirse inferior psicológicamente, ya sea por su situación económica- social, por su condición "racial" o debido a una deficiente estimulación escolar, pues es precisamente la institución escolar la que debe velar por el establecimiento del sentimiento de laboriosidad.
5.   Búsqueda de Identidad vs. Difusión de Identidad (desde los 13 hasta los 21 años aproximadamente). Se experimenta búsqueda de identidad y una crisis de identidad, que reavivará los conflictos en cada una de las etapas anteriores; los padres de los adolescentes se verán enfrentando situaciones nuevas que serán un nuevo reto para su misión orientadora. Son características de identidad del adolescente:

§  La Perspectiva Temporal, orientación en el tiempo y en el espacio
§  La Seguridad en Sí Mismo
§  La Experimentación con el Rol, énfasis en la acción
§  El Aprendizaje interés por el contacto con el medio ambiente y una estrategia del aprendizaje vital.
§  Polarización Sexual: Adecuado grado de desarrollo del propio interés sexual.
§  Liderazgo y Adhesión: Adecuada integración al grupo de "pares".
§  El Compromiso Ideológico, orientación valorativa y participación en el ambiente.

6.   Intimidad frente a aislamiento (desde los 21 hasta los 40 años aproximadamente). La intimidad supone la posibilidad de estar cerca de otros ya que posees un sentimiento de saber quién eres, no tienes miedo a “perderte” a ti mismo, como presentan muchos adolescentes el joven adulto ya no tiene que probarse a sí mismo. A esta dificultad se añade que nuestra sociedad tampoco ha hecho mucho por los adultos jóvenes la tendencia mal adaptativa que Erikson llama promiscuidad, se refiere particularmente a volverse demasiado abierto, muy fácilmente, sin apenas esfuerzo y sin ninguna profundidad o respeto por tu intimidad. Esta tendencia se puede dar tanto con tu amante, como con tus amigos, compañeros y vecinos.
7.   Generatividad frente a estancamiento (desde los 40 hasta los 60 años aproximadamente). Periodo dedicado a la crianza de los niños la tarea fundamental aquí es lograr un equilibrio apropiado entre la productividad y el estancamiento la productividad es una extensión del amor hacia el futuro. Tiene que ver con una preocupación sobre la siguiente generación y todas las demás futuras: teniendo y criando los hijos, la enseñanza, la escritura, la inventiva, las ciencias y las artes, el activismo social complementan la tarea de productividad. En definitiva, cualquier cosa que llene esa “vieja necesidad de ser necesitado”, el estancamiento, por otro lado, es la “auto-absorción”; cuidar de nadie personas tratan de ser tan productivas que llega un momento en que no se pueden permitir nada de tiempo para sí mismos, para relajarse y descansar. Al final, estas personas tampoco logran contribuir algo a la sociedad. Esta es la etapa de la “crisis de la mediana edad” se pregunta “¿Qué estoy haciendo aquí?”.
8.   Integridad frente a desesperación (desde aproximadamente los 60 años hasta la muerte). Esta última etapa, la delicada adultez tardía o madurez la tarea primordial aquí es lograr una integridad con un mínimo de desesperanza Primero ocurre un distanciamiento social, desde un sentimiento de inutilidad existe un sentido de inutilidad biológica, debido a que el cuerpo ya no responde como antes, junto a las enfermedades, aparecen las preocupaciones relativas a la muerte. Los amigos mueren; los familiares también parece que todos debemos sentirnos desesperanzados; como respuesta a esta desesperanza, algunos mayores se empiezan a preocupar con el pasado. La integridad yoica significa llegar a los términos de tu vida, y por tanto, llegar a los términos del final de tu vida. La tendencia mal adaptativa es llamada presunción. Cuando la persona “presume” de una integridad yoica sin afrontar de hecho las dificultades de la senectud.

Sigmund Freud. 

Teoría psicoanalítica. El concepto del desarrollo Freudiano más conocido es el de la sexualidad infantil.

Fase oral (a lo largo del 1º año de vida): esta fase se divide en una primera etapa, denominada Oral de succión (desde el nacimiento hasta el 6º mes aproximadamente) y una segunda etapa, la Oral canibalística, fase que se extiende hasta el comienzo de la fase anal.

Fase anal (de 1 a 3 años): esta etapa se caracteriza por el desarrollo de los hábitos de limpieza y el control de esfínter. También se subdivide en dos etapas: la primera es la Anal expulsiva, en la cual se halla el placer pulsional a través de la expulsión de las heces y la ejecución de movimientos con más libertad que en la fase anterior. La segunda etapa se denomina Anal retentiva; en ésta, el niño encuentra la satisfacción por medio de la retención de las heces y control de las mismas.

Fase fálica (de 3 a 5/6 años): en este período tiene lugar desde la perspectiva freudiana el Complejo de Edipo, configuración estructurante del psiquismo humano.
Periodo de latencia (de 5/6 años hasta la pubertad).

Fase genital (desde la pubertad): habiendo sido atravesado el periodo de latencia, los cambios que se generan en la pubertad, ponen en juego nuevamente a las pulsiones sexuales (en un segundo plano durante la latencia); las cuales serán, en el mejor de los casos, sojuzgadas ante la primacía genital. Es decir, todas aquellas pulsiones expresadas a lo largo de la evolución de la libido (oral, anal, fálica) serán puestas en acción como prolegómenos de la sexualidad genital.

El afecto tiene un lugar dominante en su concepción.


Melanie Klein -Teoría de Desarrollo Humano 

Desde la perspectiva psicoanalítica de Melanie Klein, el desarrollo personal se concibe como enriquecimiento de la personalidad que se refiere a la superación de etapas tempranas de la niñez (que pueden volver a surgir en la vida adulta), la superación de los conflictos que estas etapas conllevan, como la ansiedad, culpa, envidia y logro de la gratitud, alcanzar el equilibrio con el mundo psíquico interno y el mundo externo, y desarrollar la capacidad de disfrutar de las cosas y llevar relaciones gratificantes de amor con los otros.

De estos estadios tempranos, dos son los que mayor importancia tienen en la vida según Klein. El primero es la posición esquizo-paranoide que se desarrolla durante los primeros 3 a 4 meses de vida. Según Klein los seres humanos poseemos dos instintos básicos, el de vida o amor y el de muerte u odio, debido a la lucha que se produce entre estos dos instintos y el sentimiento de ansiedad persecutoria que se produce en el niño, producto del miedo de que este impulso agresivo le cause daño, el niño lleva a cabo procesos de escisión, en que el odio y la ansiedad se proyectan hacia el primer objeto de relación que posee, que es el pecho de la madre, que pasaría a ser el pecho malo, y los sentimientos de amor se proyectan en el pecho gratificador bueno. Luego de esta proyección, el pecho bueno y el malo son introyectados en la psiquis del niño, por lo que el yo está muy poco integrado, pues posee contenidos separados. Esta proyección y posterior introyección colaboran a que la ansiedad persecutoria vaya disminuyendo, pues el niño se siente más seguro con un pecho bueno que lo ampare, pero a la vez tiene un pecho malo, que lo persigue y persiste el miedo a la aniquilación del yo. De esta interacción entre los 4 - 6 meses se van integrando los impulsos, y la madre ya no es vista en forma escindida, sino que se incorpora como un objeto total, pasándose a la posición que Klein denomina depresiva, en la que debido a esta integración del objeto y el yo se experimenta culpa, pues el niño siente que el objeto amado ha sido dañado por sus propios impulsos agresivos; y por lo cual trata de reparar el objeto dañado. "El sentimiento de que el daño hecho al objeto amado tiene por causa los impulsos agresivos del sujeto, es para mí la esencia de la culpa. El impulso a anular o reparar este daño proviene de sentir que el sujeto mismo lo ha causado, o sea, de la culpa. Por consiguiente, la tendencia reparatoria puede ser considerada como consecuencia del sentimiento de culpa".

En relación con la posición depresiva, según Klein, se establece el complejo de Edipo alrededor de los 2 años. La angustia y la culpa incrementarían la necesidad de la externalizar (proyectar) figuras malas y de internalizar (introyectar) figuras buenas; de lograr los deseos, el amor, los sentimientos de culpa y tendencias reparatorias a ciertos objetos y el odio y la angustia a otros, de encontrar en el mundo exterior representantes de las figuras internas, hechos que ocurren en el complejo edípico.
Luego del complejo de Edipo y la etapa de latencia, este interjuego de progresión, que está influido por la ansiedad, llega a dominar las tendencias genitales. A consecuencia de ello la capacidad para reparar aumenta y se alcanzan las sublimaciones genitales que en el caso de la mujer son la fertilidad, el poder de dar vida y por lo tanto recrear objeto perdidos y en el hombre el elemento de dar vida se haya vinculado con la fantasía de fertilizar a la madre dañada o destruida y así restaurarla.
Con esta tendencia aumentada en la reparación, la ansiedad y culpa disminuyen considerablemente, con lo que el niño puede desarrollar relaciones estables con sus padres y posteriormente con los otros, predominando el amor ante el odio.
A parte de la superación y desarrollo de estas etapas y de la superación de la ansiedad y la culpa por miedo de la reparación, de acuerdo con Klein es fundamental para lograr el desarrollo personal la superación de la envidia y el logro de la gratitud.
Según Klein el niño siente envidia del pecho, pues, aunque éste lo satisfaga, contiene todo lo que él desea y que le es negado, dejándose todo lo bueno para sí. Debido a esto el niño desea dañar el pecho materno y recobrar lo que es suyo. Si la envidia del pecho es muy fuerte el niño no podrá obtener gratificación, en cambio, si ésta es superada (lo que está dado en gran parte por factores constitucionales) el niño podrá obtener gratificación y experimentará gratitud, lo que es esencial para apreciar bondad en otros y en uno mismo y hace posible el sentimiento de unidad con otra persona, hecho esencial en toda amistad o relación amorosa feliz.
El desarrollo personal estaría estrechamente vinculado con la gratitud, pues ésta permite desarrollar la generosidad que según Klein es la base para el enriquecimiento personal "la riqueza interna deriva de hacer asimilado el objeto bueno, de modo que el individuo se hace capaz de compartir sus dones con otros. Así es posible introyectar un mundo externo más propicio y como consecuencia se crea una sensación de enriquecimiento". Sin esta gratitud el sentimiento de envidia, o sea haber dañado el objeto amado, destruye la confianza del individuo y la sinceridad de las relaciones y su propia capacidad de amor y ser bondadoso.
La gratitud es fundamental para gozar no sólo de las relaciones con otros, sino que también de distintos intereses, disfrutar del trabajo, abriendo camino a múltiples fuentes de satisfacciones.
Se puede concluir entonces que para Klein, la base del desarrollo personal es el logro del amor, la superación de la ansiedad, la culpa y envidia y el poder experimentar la gratitud a través del desarrollo.

Piaget. 

Estos estudios nos hacen ver que el niño piensa distinto que el adulto, y que solo lentamente, por un proceso de adaptación al ambiente, llega a un desarrollo total de sus capacidades intelectuales. La infancia del hombre dura mucho más que la infancia de los animales, ya que el hombre tiene mucho más que aprender.

La teoría del desarrollo de la inteligencia, de Piaget presupone la maduración del organismo y la influencia del medio social. Además va unida con el desarrollo de la afectividad.

1er. Período: Inteligencia Sensorio-Motriz (dos primeros años de vida)

Hay tres momentos fundamentales. Al principio no hay sino actos reflejos que se basan en tendencias instintivas por ejemplo el reflejo de succión del pecho de la madre. Los reflejos se van perfeccionando y generalizando; `'el niño lo chupa todo y este esquema le permite situarse en el mundo: para él, el mundo es esencialmente es una realidad que pude ser chupada''.
Después, segundo momento, los reflejos se organizan en hábitos y la percepción se hace discriminativa, distingue la imagen de su madre de otras imágenes de personas distintas. Un paso más y movimiento y percepción se coordinan entre si y ya es capaz de coger los objetos que percibe (prensión).
Por fin, tercer momento, aparece la inteligencia practica o sensorio-motriz, que se aplica a manipular objetos. Es sensorio-motriz porque sólo utiliza percepciones (de objetos presentes) y movimientos. Ambos coordinados entre sí (no hay palabras ni conceptos, hay inteligencia, pero no hay pensamiento). El niño es, pues, capaz de `'resolver problemas'' de un modo parecido a como lo hacen los animales inteligentes. Por ejemplo, tira del mantel para acercarse un trozo de pan, lo cual es un acto inteligente (medio fin) y también un desastre doméstico (con el pan arrastra también los vasos y los platos).

2do Período: Representación Pre-operativa (de 2 a 6 años)

Imitando a los adultos, el niño aprende el lenguaje, lo cual le permitirá dar un enorme paso adelante (algo que los animales ya no pueden hacer). El lenguaje le permite `'reconstruir sus acciones pasadas bajo la forma de relato y anticipar sus acciones futuras mediante la representación verbal''. Ello supondrá la posibilidad de hacer intercambios verbales con los demás; y, además, al interiorizarse la palabra, surge el pensamiento como dialogo consigo mismo (al principio, el uno que ha aprendido a hablar, habla mucho, pero habla sobre todo consigo mismo). Así pues, surgen dos nuevos mundos : el mundo social y el mundo interior.

3er Período: Operaciones Concretas (de 7 a 11 años)

En este momento el niño se hace capaz de una cierta `'lógica'' (por algo es el comienzo de la edad escolar y la sabiduría popular sitúa en este momento la conquista del `'uso de razón''). Lo que se adquiere es la capacidad de hacer `'operaciones'' mentales (`'mentales'' en el sentido que se verá enseguida). Estas operaciones son concretas: se opera con objetos que tienen que estar presentes; deben poder ser percibidos y manipulados. Se podría decir que el niño piensa `'con los ojos y con las manos''. Y este tipo de pensamiento es fundamental para la etapa siguiente: el adolescente hará mentalmente lo que primero hizo de niño con las manos y con la vista.
Según Piaget, la posibilidad de las `'operaciones'' viene dada por la conquista del `'esquema'' fundamental del pensamiento la reversibilidad.

4to Período: Operaciones Formales (desde los 12 años)

A partir de este momento es posible ya hacer operaciones no concretas, es decir, operaciones que no requieren el apoyo de la percepción o de la manipulación, sino que se realizan puramente a un nivel verbal o conceptual. Los objetos son substituidos por proposiciones, con lo que el pensamiento se libera de lo real-presente y penetra en el campo de la reflexión, las teorías y las hipótesis.
Lo que resulta sorprendente en el adolescente es su interés por todos los problemas inactuales, sin relación con las realidades vivida diariamente o que anticipan, con una desarmante candidez, situaciones futuras de mundo, que a menudo son quiméricas. Lo que resulta más sorprendente es su facilidad para elaborar teorías abstractas. Hay algunos que escriben y crean una filosofía, una política, o una estética. Otros no escriben, pero todos tienen teorías o sistemas. La inteligencia formal señala el despegue del pensamiento, y no debe sorprendernos que éste use y abuse, para empezar, del imprevisto poder que se le ha concedido.
Pero existe un egocentrismo intelectual de la adolescencia que se manifiesta mediante la creencia en el infinito, poder de la reflexión, como si el mundo debiera someterse a los sistemas y no los sistemas a la realidad. Posteriormente el egocentrismo metafísico de la adolescencia encuentra paulatinamente su corrección en una reconciliación entre el pensamiento formal y la realidad. El equilibrio se alcanza cuando la reflexión comprende que su función característica no es contradecir, sino proceder e interpretar la experiencia.

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